viernes, 1 de enero de 2010

METAMORFOSIS. Capítulo 12: Con talento.

Ayer no me dio tiempo a publicarlo ;) Ya sabéis, METAMORFOSIS de LivesAmongTheStars


Capítulo 11

12. Con talento.

Junto a la ventana, bajo la luz del sol, Tanya se da la vuelta repentinamente – haciendo volar destellos multicolores por la pared y el suelo de madera – y dirige su mirada a Jacob. “Qué tienen que ver los lobos en todo esto?” pregunta.
No sé si se dirige a mí para que le responda a su pregunta pero Jacob empieza a hablar antes de que yo pueda coger aire si quiera. “Si los Volturi no se paran a escuchar lo que tenemos que decir sobre Nessi, quiero decir, Renesmee,” se corrige rápidamente – Tanya levanta ligeramente una ceja – y luego continua, “nosotros les detendremos.”
Condescendiente y algo divertida, Tanya responde, “Muy valiente, chico, pero eso sería imposible para luchadores más experimentados que vosotros.” Una sonrisa petulante se insinúa en la comisura de sus labios. Imagínate: una manada de perros descomunales derrotando a la guardia Volturi al completo. La sonrisa se vuelve más pronunciada mientras observa el cuerpo musculado de Jacob en contraste con su rostro joven. Menudos delirios de grandeza para alguien tan joven.
“No sabes lo que podemos hacer,” le replica, fastidiado porque le haya llamado “chico”, cuando su edad física supera a sus diecisiete años de vida en casi una década.
Ella se encoge de hombros, ajena a – o prefiriendo ignorar – su irritación. “Es tu vida, desde luego,” dice despreocupada, “para gastarla en lo que elijas.”
Los ojos marrones de Jacob vuelan hacia Renesmee enseguida, observando cómo Carmen y Kate hacen carantoñas a la pequeña. Ella es mi vida, murmura para sí. El anhelo y la adoración en la expresión de su rostro son inconfundibles y Tanya suma dos y dos de inmediato.
Tiene un vínculo con la niña, eso es seguro, reflexiona sagazmente. Me pregunto cómo se siente Edward respecto a eso…Ella me mira brevemente y yo reprimo una mueca. Según parece, no voy a poder librarme de sus continuas burlas durante esta visita, tampoco. Pero en vez de abordar el tema abiertamente, Tanya vuelve su atención a Jacob y comenta con voz más suave, “Es especial, esa pequeñita.” Inclina la cabeza hacia Renesmee, “Difícil de resistir.”
“Una familia muy dotada,” murmura Eleazar. Su paseo ha continuado durante un tiempo y ahora su paso es tan rápido que su silueta se ve un tanto borrosa mientras recorre una y otra vez la distancia entre Carmen y la puerta principal. Pensando en voz alta, enumera, “El padre un lector de mentes, la madre un escudo y después, el tipo de magia que sea con el que esta niña extraordinaria nos ha embrujado.” Tengo una revelación cuando la compresión sobresalta, como una sacudida eléctrica, mi cerebro y me muevo un poco, sorprendido, con los ojos muy abiertos. Absorto en sus propios pensamientos, Eleazar comenta, “Me pregunto si hay un nombre para lo que ella hace o si es la norma en un vampiro híbrido, resopla. “Como si tal cosa pudiera considerarse normal! Un vampiro híbrido!” El sonido que sale por su garganta suena como otro bufido, mezclado con una risa incrédula.
“Disculpa,” mi voz tiembla por la estupefacción y, a pesar de la neblina de asombro que impregna mi mente, cojo a Eleazar del hombro, deteniéndole de golpe. “Qué acabas de llamarle a mi mujer?”
Su ceño se disipa mientras la curiosidad llamea en sus ojos dorados. Es que no lo sabe? “Un escudo, creo,” contesta, torciendo un poco los labios con incertidumbre. “Me está bloqueando ahora, así que no puedo estar seguro.” Le lanza a Bella una mirada a medias frustrada, a medias confundida. Ella, a su vez, frunce el ceño cuando sus miradas se encuentran, claramente perpleja por su afirmación.
Escucho y comprendo sus palabras, pero parece que no soy capaz de ordenarlas en mi cerebro y entender el significado de la frase. Tontamente, repito, “Un escudo?”
Eleazar levanta los brazos con frustración. “Vamos, Edward!” exclama. “Si yo no puedo leerla, dudo que tú puedas, tampoco. Puedes oír sus pensamientos ahora mismo?” Apunta con el dedo en dirección a Bella.
Ser capaz de mirar en la mente de mi Bella…sería la experiencia más profunda y erótica de mi vida. Pero, para mi eterna insatisfacción, “No,” le digo en voz baja. “Pero nunca he podido hacerlo.” Mirando de reojo a mi esposa, una sonrisa melancólica cruza por mis labios. “Ni siquiera cuando era humana.” En más de una ocasión, he pensado que la ardiente curiosidad me reduciría a cenizas – o me volvería loco – cada vez que intentaba diseccionar las expresiones de su rostro para averiguar en qué estaba pensando. La habría encontrado tan interesante, tan seductora, si hubiera podido oír su mente?
…Sí. Desde luego.
“Nunca?” Eleazar parpadea, sorprendido. “Interesante. Eso indicaría un talento latente bastante poderoso, si se manifestaba tan claramente aún antes de la transformación.” Entrecierra un poco los ojos, concentrándose. “No percibo ninguna vía a través de él para hacerme una idea. Aunque debe estar muy poco pulido, todavía – ella sólo tiene unos pocos meses.” Entonces, me fulmina con una mirada exasperada. “Y, según parece, no es en absoluto consciente de lo que está haciendo. Completamente inconsciente, qué ironía. Aro me envió por todo el mundo buscando tales anomalías y tú sencillamente te topas con esto por accidente y ni siquiera te das cuenta de lo que tienes.” Sacudiendo la cabeza con escepticismo, reflexiona mentalmente, Un descubrimiento accidental, quizá…pero la ironía de un lector de mentes eligiendo una pareja cuya mente está en blanco para él tiene algo de apropiado.
Yo lo considero una especie de justicia poética por todos aquellos años que pasé como vigilante, acechando en las sombras, buscando a culpables a través de mi don – que la única mente por la que lo daría todo para poder oírla, tan sólo una vez, está cerrada para mí.
Pero “apropiado” es una definición bastante exacta, en cualquier caso.
Bella frunce los labios y una pequeña V arruga la piel entre sus cejas. Le pregunta a Eleazar, “De qué estás hablando? Cómo puedo ser un escudo?” Arruga la nariz al decir la palabra. “Qué significa eso?”
Preguntándose por dónde empezar, Eleazar inclina a un lado la cabeza, observándola pensativamente. “Supongo que éramos excesivamente formales en cuanto a eso en la guardia,” empieza, “En realidad, clasificar los dones es una tarea subjetiva y nada sistemática; cada talento es único, nunca hay dos exactamente iguales. Pero tú, Bella, eres muy fácil de catalogar.” Se cruza de brazos y explica, “Las habilidades que son puramente defensivas, que protegen algún aspecto del portador, siempre se llaman escudos. Has puesto a prueba alguna vez tu capacidad? Bloqueado a alguien más aparte de a tu marido y a mí?” La curiosidad reaparece en sus ojos ocres mientras espera su respuesta.
Bella parpadea rápidamente, desconcertada por la descripción que ha hecho él. Apartando la mirada aproximadamente un segundo, aprieta los labios – una señal de que está pensando – y después levanta la mirada. “Sólo funciona con ciertas cosas,” dice lentamente, en tono introspectivo. “Mi cabeza es una especie de…lugar privado. Pero no impide que Jasper altere mi humor o Alice vea mi futuro.”
Mmm…Eleazar apoya la barbilla en la palma de la mano y asiente para sí mismo. “Una defensa puramente mental. Limitada pero fuerte.” Más fuerte que la mayoría de las que he visto. La imagen parpadeante de una mujer pequeña, de pelo oscuro, aparece en su mente y, reconociendo su rostro, siento la necesidad de hacer una pequeña aclaración.
“Aro no pudo oírla,” le digo, lleno de sereno orgullo. “Aunque era humana cuando se conocieron.” Nunca olvidaré la expresión de desconcierto en la cara blanquecina y apergaminada del anciano vampiro, cuando comprendió que no podría abrir una brecha a través de los muros que rodean la mente de Bella. No tuvo precio.
Eleazar abre mucho los ojos. Madre de Dios…tartamudea para sus adentros. Él no pudo oírla en absoluto? Niego con la cabeza mínimamente. Él vuelve a cambiar al español, divagando una y otra vez sobre lo mismo, lleno de asombro.
“Jane trató de hacerme daño pero no pudo,” añade Bella, estudiando la expresión boquiabierta de Eleazar y mi leve aunque indudable sonrisa “Edward piensa que Demetri no puede encontrarme y que Alec no podría molestarme, tampoco.” Cuando los ojos de él se abren aún más, ella le pregunta tímidamente. “Es eso bueno?”
“Bastante,” farfulla, asintiendo con la cabeza.
Todo encaja perfectamente para mí. El orgullo que siento por la habilidad de mi mujer, se hincha en mi pecho y anuncio, la satisfacción envolviendo cada palabra, “Un escudo! Nunca he pensado en ello de esa manera. Él único que conocí antes era Renata y lo que ella hace es muy diferente.” De hecho, la vampira italiana de aspecto dócil, tiene un don bastante simple y la impresión que me dio cuando fuimos presentados – en el sentido más amplio de la palabra – es que su talento podía nacer fácilmente de su personalidad evasiva.
Recuperándose del shock, Eleazar dice, sus pensamientos aún un poco aturdidos, “Sí, ningún talento se manifiesta nunca exactamente de la misma forma porque nadie piensa exactamente de la misma manera.”
“Quién es Renata?” Bella nos mira con avidez primero a uno y después a otro. “Qué es lo que hace?”
Escuchando la pregunta de su madre, y prestando atención también a nuestra conversación, Renesmee se separa de Carmen para mirar más allá de Kate, sus ojos brillando con interés.
“Renata es la guardaespaldas personal de Aro,” responde Eleazar antes de que yo pueda hacerlo. “Una clase de escudo muy conveniente y muy fuerte.” Pero comparado con lo que ella está haciendo – de forma inconsciente, incluso – “Me pregunto…” reflexiona en voz alta, “Verás, Renata es un poderoso escudo contra un ataque físico. Si alguien se le acerca – o a Aro, ya que ella siempre está a su lado en una situación hostil – se encuentra…desviado de su objetivo.” Gesticula distraídamente con la mano mientras habla, “Hay una fuerza en torno a ella que te repele, aunque es casi imperceptible. Simplemente, te encuentras yendo en una dirección distinta a la que habías planeado, con un recuerdo confuso de por qué querías ir en ese otro sentido en primer lugar. Ella puede proyectar su escudo varios metros. También protege a Caius y a Marcus, cuando lo necesitan, pero Aro es su prioridad.”
Entonces, parece evaluar a Bella con mirada seria, un escenario hipotético apareciendo en el centro de su mente – y debo confesar que yo también comparto su curiosidad.
“Sin embargo, lo que ella hace no es algo físico realmente,” continúa Eleazar, “Como la gran mayoría de nuestros dones, tiene lugar dentro de la mente. Si ella intentara mantenerte atrás,” una débil sonrisa aparece en sus labios, “me pregunto quién ganaría?” Sacudiendo la cabeza, el asombro vuelve a percibirse en su voz cuando murmura, “Nunca había tenido noticia de los dones de Aro o Jane siendo frustrados.”
Como si fuera algo completamente obvio, Renesmee dice en su voz aguda y plateada, “Mami, eres especial.”
Con la expresión de desconcierto más adorable, Bella mira primero a nuestra hija y después a mí, con miles de preguntas arremolinándose en sus enormes ojos escarlata. Me pregunto si está pensando en la conversación que Carlisle y yo tuvimos sobre su sorprendente auto-control. Mi padre se había mostrado bastante convencido de que su habilidad para demostrar tal grado de contención podía atribuirse a algo por encima de la norma – pero yo creo que ella sencillamente estaba mejor preparada que cualquier otro neófito, lo que unido a su tozudez característica le ha evitado caer en sus instintos vampíricos.
Ahora que Eleazar ha clasificado lo que ella puede hacer, debería haberme resultado evidente desde el principio.
Un escudo, me maravillo una vez más, una sonrisa irónica dibujándose en mis labios.
Kate rodea a Carmen y Renesmee, sus ojos dorados atentos en Bella, y le pregunta, “Puedes proyectarlo?”
“Proyectarlo?” Bella mira fijamente, perpleja, a la vampira rubia.
“Empujarlo fuera de ti,” explica Kaye, acercándose un paso más. “Proteger a alguien además de a ti misma.” Si pudiera…sería una baza formidable. Su expresión se ilumina con interés mientras reflexiona sobre la idea, pero el don de Bella aún está muy verde. Le llevará algún tiempo antes de que pueda definir completamente las limitaciones de su escudo.
Bella se encoge de hombros, indecisa. “No lo sé. Nunca lo he intentado.” Ella vuelve a mirarme, como si buscara confirmación. “No sabía que debía hacerlo,” admite, avergonzada.
“Oh, puede que no seas capaz,” le responde Kate rápidamente. Se sacude la melena rubia despreocupadamente y dice, “Dios sabe que he estado trabajando en ello durante siglos y lo mejor que puedo hacer es proyectar una corriente por mi piel.” Pone los ojos en blanco, percibiendo el lamento en su propia voz, y le sonríe a Tanya.
Totalmente desconcertada, Bella se limita a mirar a Kate sin comprender. Acudo en su ayuda susurrando una breve explicación. “Kate tiene una habilidad ofensiva. Parecida a la de Jane.” Es la comparación más familiar que se me ocurre para describir el atípico talento de mi prima – pero probablemente no sea la mejor elección, dados los encuentros previos de Bella con la principal asesina de los Volturi.
En cuanto ese nombre sale por mi boca, Bella toma aire repentinamente y se pone rígida, los ojos muy abiertos por la impresión. Kate se ríe y el sonido alegre aligera la atmósfera que se había vuelto súbitamente tensa. “No soy una sádica,” le dice a Bella sonriendo. “Tan sólo es algo que resulta útil en una pelea.”
El shock desaparece de los iris rojos de Bella, su cuerpo se relaja y después su expresión se vuelve distante mientras destellos de varios pensamientos, desconocidos para mí, surcan su pálido rostro. Sin advertencia previa, deja escapar un grito ahogado y agarra a Kate del brazo mientras grita, “Tienes que enseñarme a hacerlo!” Aprieta los dedos al mismo tiempo que insiste casi con desesperación, “Tienes que enseñarme cómo!”
Reaccionando instintivamente, Kate se estremece por la fuerza con que la aferra Bella y su poder estalla, haciendo que una corriente de energía recorra su brazo. Mis músculos se contraen, previendo que mi mujer va a experimentar la descarga y derrumbarse en el suelo – pero el sentido común alcanza a mi subconsciente medio segundo después, cuando Kate se queja, “Tal vez – si dejas de intentar aplastarme el radio.” Forcejea en vano para liberarse de la mano de Bella, las puntas de sus mechones rubios crepitando con electricidad estática.
“Ups! Perdona!” Mortificada, Bella la suelta.
Kate gira su muñeca de un lado a otro, rotando los huesos del antebrazo y después sacude la mano, restando importancia al dolor que todavía registran sus nervios. Neófitos…refunfuña mentalmente. Observando a la avergonzada morena que se mueve nerviosa en frente de ella, Kate comenta con tono huraño. “Estás utilizando tu escudo, de acuerdo. Ese movimiento debería haberte arrancado el brazo. No has sentido nada?”
Contrariado por su actitud displicente respecto a hacer daño a mi Bella, digo entre dientes. “Eso no era necesario, Kate. Ella no tenía intención de herirte.”
Oh, relájate, Edward. Levanta una ceja con sarcasmo, mirándome de reojo. Bella está bien. No podía controlarlo, de todos modos – ha sido instintivo.
Como era de esperar, Bella ignora mi comentario. “No, no he notado nada,” responde, “estabas haciendo lo de la corriente eléctrica?”
“Sí, mmm…” Cruzándose de brazos, Kristen inclina la cabeza. “Nunca he conocido a nadie que no pudiera sentirlo, inmortal o no.”
Ávida por obtener más información, Bella se inclina hacia delante, sus ojos color rubí brillando con interés. “Has dicho que lo proyectas? Sobre tu piel?” pregunta.
Kate asiente. “Solía ser sólo en mis palmas. Parecido a Aro,” Genial, ahora me estoy comparando con los Volturi, piensa con amargura.
Para tranquilizar las mentes de ambas, añado en voz baja, “O a Renesmee.”
“Pero después de un montón de práctica,” continúa Kate, animada por la atención de Bella. “Puedo irradiar la corriente por todo mi cuerpo, es una buena defensa. Cualquiera que intente tocarme cae como un humano al que han aplicado una descarga eléctrica. Sólo lo derriba un segundo, pero es suficiente,” concluye, satisfecha.
De pronto, el cambio de dirección en los pensamientos de Eleazar capta mi atención. Los recuerdos vuelan libres por su mente y se repite a sí mismo, el patrón se mantiene. Se agita más después de eso y yo me acerco a él, escuchando con atención su monólogo interior. Cuando su línea de pensamiento evoluciona a una teoría plausible, su mirada vuela para encontrarse con la mía, sus iris ámbar ensombreciéndose con reticencia y aflicción. No, se debate, No, no puede ser así. No quiero pensar eso de ellos. Eso significaría que…lo que he hecho por ellos…
“Sin embargo, puedes pensar en una excepción, si quiera?” sostengo, entrecerrando los ojos por la sospecha.
La habitación se ha quedado en completo silencio a nuestro alrededor; todos en la sala tienen la atención fija en Eleazar y en mí.
Apretando los dientes, Eleazar repite en voz alta, “No quiero pensar así de ellos.” Yo les he ayudado a llevar a cabo esto. Qué tonto fui – cegado por buenas intenciones y códigos éticos que Aro explotaba en su propio beneficio, como hizo con mi don. Sacudiendo la cabeza muy levemente, como para hacer desaparecer esa idea de auto-condena, empieza a hablar, “Si estás en lo cierto…”
“La idea era tuya, no mía,” le interrumpo. La verdad es que comprendo el momento difícil que está viviendo – pero tiene que enfrentarse con su pasado para poder conseguir cierta ventaja en la inminente confrontación.
“Si yo estoy en lo cierto…” suspira, frustrado. “No puedo ni hacerme a la idea de lo que eso significaría. Lo cambiaría todo respecto al mundo que hemos creado.” Su rostro se contorsiona, reflejando la angustia en su mente, el caos en sus pensamientos. “Cambiaría el significado de mi vida. De aquello de lo que he formado parte,” añade en un susurro casi inaudible.
Permito que mi mirada que suavice un poco. “Tus intenciones siempre fueron las mejores, Eleazar.”
“Sirve eso de algo?” rebate. Lleno de preocupación, se pasa una mano por el pelo corto y moreno, cerrando los ojos en agonía. “Qué he hecho? Tantas vidas…” Su voz se apaga y se tapa la cara con esa misma mano mientras sus recuerdos continúan atormentándole.
Tanya revolotea hacia él, apoyando la mano en su hombro para reconfortarle. “Qué nos hemos perdido, amigo mío?” pregunta con voz suave. “Quiero saberlo para poder oponerme a esas ideas. Nunca has hecho nada para merecer que te castigues así.” Ella le aprieta el hombro. Carmen, con los ojos ocres llenos de preocupación, observa la figura encorvada de su marido, dudando si acercarse o no.
Eleazar deja escapar un breve resoplido. “Oh, en serio?” masculla, su voz grave impregnada de cinismo. Apartando bruscamente el hombro bajo la mano de Tanya, empieza a pasearse arriba y abajo otra vez, el movimiento más rápido y más agresivo que antes.
Durante una fracción de segundo, Tanya le sigue con la mirada – después se vuelve hacia mí, sus facciones tensas por la aprehensión, “Explícalo.”
Asintiendo una vez, permanezco atento a los pensamientos de Eleazar mientras sigo sus movimientos y comienzo a hablar. “Él intentaba comprender por qué vendrían tantos miembros de los Volturi a castigarnos. No es su manera de hacer las cosas. Con toda seguridad, somos el mayor aquelarre adulto con el que han tratado pero en el pasado, otros aquelarres se han unido para protegerse y nunca han representado un gran desafío a pesar de su número. Nosotros tenemos unos lazos más estrechos,” comento en voz baja, “y ése es un factor, pero no uno demasiado importante.”
“Ha estado recordando otras ocasiones en que se han castigado otros aquelarres, por una u otra razón y se le ha ocurrido un patrón.” Las imágenes comienzan a resurgir en su mente, pero Eleazar no se detiene en ninguna en particular. Cada recuerdo deja una impresión fugaz en sus pensamientos, casi como una fotografía, y yo continúo con mi explicación. “Es un patrón que el resto de la guardia nunca habría advertido, puesto que Eleazar era el que pasaba la información pertinente a Aro de forma privada. Un patrón que sólo se repetía cada siglo, más o menos.” Y está entrando en juego justo ahora.
Carmen pregunta, aunque su atención está centrada en Eleazar, “Cuál era ese patrón?”
“Aro no suele asistir personalmente a una expedición de castigo,” mis labios tiemblan, amenazando con dejar a la vista mis dientes en un gruñido. Tomo aire brevemente, esforzándome por alcanzar una perspectiva sensata. “Pero en el pasado, cuando Aro deseaba algo en particular, no pasaba mucho tiempo hasta que la evidencia demostraba que éste o aquel aquelarre había cometido un crimen imperdonable,” les informo a todos en tono solemne. “Los ancianos decidirían ir también para ver a la guardia impartir justicia. Y entonces, cuando el aquelarre estaba a punto de ser destruido, Aro le concedería el perdón a aquel miembro cuyos pensamientos, según él, mostraban mayor arrepentimiento. Siempre,” una espesa capa de desdén cubre mis palabras, “resultaba que este vampiro tenía el don que Aro había admirado. Siempre, a esta persona se le concedía un lugar en la guardia. El vampiro dotado era convencido rápidamente, siempre muy agradecido por el honor. Nunca hubo excepciones.”
Kate medita melancólica sobre lo que acaba de oír, sus pensamientos volviéndose cada vez más sombríos. Ver a todo tu aquelarre masacrado ante tus ojos…para darte cuenta de que sólo tú te has librado – para unirte al grupo de vampiros más poderoso del mundo…”Se te debe subir a la cabeza el ser elegido,” insinúa en un tono sin vida.
“Ja!” El estallido de Eleazar se ve interrumpido por un rugido. No ha interrumpido su rápido paseo y cuando pasa por mi lado por enésima vez, farfulla una sola palabra – un nombre – en voz tan baja que apenas consigo entenderlo. “Chelsea.”
Tanto Kate como Tanya se muestran impacientes, esperando a que les dé una razón para la rara demostración de temperamento de Eleazar y puedo sentir un par de ojos, brillantes y bien conocidos, calentando un lado de mi cara. “Hay alguien en la guardia,” murmuro lentamente. La vacilación en mi voz provoca un pico de preocupación que atraviesa la mente de Tanya y yo continúo de inmediato, “su nombre es Chelsea. Ella tiene influencia sobre los vínculos emocionales entre las personas. Puede debilitar o reforzar estos lazos. Podría hacer que alguien se sintiera unido a los Volturi, que quisiera pertenecer, que quisiera agradarles…” me interrumpo, el asco y la ansiedad luchando en mi corazón mientras recuerdo cuando Aro consideró – si bien fugazmente – hacer que Chelsie utilizara su don conmigo. Pero para entonces, ya era demasiado tarde. Bella volvía a estar conmigo y el vínculo entre nosotros es demasiado fuerte para que ella lo manipule.
Como si sus piernas se hubieran vuelto de piedra, Eleazar se detiene repentinamente y se da la vuelta para mirar al resto en la habitación. “Todos comprendíamos por qué Chelsie era importante. En una batalla, si podíamos disolver las alianzas entre aquelarres, podríamos defenderlos mucho más fácilmente,” nos dice. “Si podíamos distanciar emocionalmente a los miembros inocentes de los culpables en un aquelarre, se podría repartir justicia sin brutalidad innecesaria – los culpables podrían ser castigados sin interferencia y los inocentes, respetados. De otra manera, era imposible evitar que todo el aquelarre luchara en conjunto.” Sus facciones afiladas se endurecen, su voz se vuelve fría como el hielo, y entonces dice, “Así que Chelsea rompía los lazos que les unían. Me parecía un gran favor, una prueba de la clemencia de Aro. Sospechaba que Chelsea mantenía nuestro grupo más unido pero eso, también, era algo bueno. Nos hacía más eficaces. Nos ayudaba a coexistir más fácilmente.” Resopla para sus adentros, llamándose idiota una y otra vez por no ver la motivación tras esos supuestos castigos.
Tanya se pone rígida, contrayendo los músculos bajo la pálida piel de las extremidades por la tensión. Con los nervios de punta, pregunta, “Cómo es de fuerte su don?” Después, sus atentos ojos dorados vuelan hacia cada miembro de su familia, temiendo a medias la respuesta que va a recibir.
Encogiéndose levemente de hombros, Eleazar contesta, “Yo fui capaz de marcharme con Carmen.” Un instante después, sacude la cabeza, los labios apretados en una línea severa. “Pero cualquier cosa más débil que el vínculo entre una pareja está en peligro. En un aquelarre normal, al menos. Sin embargo, esos son lazos menos fuertes que los de nuestra familia. La abstinencia de sangre humana nos hace más civilizados – nos permite formar auténticos lazos de amor.” Le mira a Tanya, su expresión suavizándose un poco y afirma con certeza, “Dudo que pudiera alterar nuestra alianza.” Pero con toda seguridad lo intentará, añade sombríamente, y me mira a los ojos. Tanya inclina la cabeza, más calmada tras su declaración.
“Sólo se me ocurre que la razón por la que Aro ha decidido venir en persona,” continúa Eleazar, “traer a tantos con él, es porque su objetivo no es el castigo sino la adquisición.”
Involuntariamente, aprieto en un puño la mano que tengo libre. Ya lo sabía, por supuesto, por haberlo oído en los pensamientos de mi primo, pero aún así, la sola idea de alguien de mi familia siendo encadenado a los Volturi, basta para despertar al monstruo que se esconde en los lugares más oscuros de mi espíritu.
Mientras vuelve rugiendo a la vida en el fondo de mi mente, Eleazar comenta, “Él necesita estar ahí para controlar la situación Pero necesita a la guardia al completo para la protección de un aquelarre tan grande y dotado. Por otro lado,” levanta un dedo, “eso deja al resto de ancianos desprotegidos en Volterra. Demasiado arriesgado – alguien podría intentar tomar ventaja. De qué otra manera podría asegurarse de preservar los dones que desea?” Arqueando las oscuras cejas, reflexiona en voz baja, “Debe desearlos terriblemente.”
En contra de mi voluntad, mi intuición invoca la imagen de un rostro de duendecillo rodeado por un halo de cabello oscuro. La Alice de mi imaginación me mira fijamente con sus ojos de color topacio muy serios, una especie de sonrisa reservada jugando con las comisuras de sus labios y las últimas palabras que me dirigió resuenan débilmente en mis oídos. Lo siento, Edward.
Había estado tan dispuesto a pensar lo peor de mi hermana, que había ignorado por completo lo evidente. Aro había mostrado mucho interés en su habilidad de ver el futuro después de que oyera mis pensamientos y ahora ese interés está rayando en la obsesión.
Podría ser esa la razón por la que nos dejó? Había visto otra parte del plan de los Volturi – una que implicara su rendición a Aro?
Mi pecho se contrae y dejo escapar en apenas un susurro, “Por lo que vi en sus pensamientos la primavera pasada, Aro nunca ha deseado nada más de lo que desea a Alice.” Mi mirada se fija en Bella mientras hablo, deseando ver su reacción…pero también por la necesidad de mirar a sus exquisitos ojos, sacar fuerzas de ella para luchar contra la oleada de profundo dolor que me inunda.
Ella abre un poco la boca por la sorpresa, el rojo de sus iris ardiendo con horror y puedo percibir que está estableciendo la conexión en su mente mientras los segundo pasan. Ella se vuelve hacia mí; mi corazón se retuerce angustiado ante la expresión asustada y afligida de su rostro. “Por eso se fue Alice?” pregunta, su voz aferrándose en torno a las sílabas del nombre de mi hermana.
Con ternura, enmarco la mejilla de Bella con la mano que me queda libre, silenciando el agitado tumulto de pensamientos procedente de la familia de Denaly. “Creo que debe ser eso,” le digo suavemente. “Para evitar que Aro obtenga lo que más desea. Para evitar que su poder caiga en sus manos.” Desde esa perspectiva, parece mucho más fácil creer que Alice se fue para que Aro no tuviera oportunidad de controlarla en vez de que ella y Jasper nos abandonaran simplemente por su propia supervivencia.
Kate y Tanya murmuran al fondo, sus voces rápidas y preocupadas. De momento, no les presto atención y observo, con creciente consternación cómo Bella abre mucho los ojos, su miedo evolucionando a profundo terror. En un susurro roto, dice: “Él te quiere a ti, también.”
Arreglo mi expresión en una máscara serena, con la esperanza de disipar su miedo. Les había dicho a ella y Alice después de la debacle en Italia que Aro se había recreado en la idea de reclutarnos a mi hermana y a mí para su guardia. “Práctica Omnisciencia,” lo había llamado – el presente y el futuro al descubierto para que él pueda contemplarlos y someterlos a su voluntad.
Bella continúa mirándome fijamente, inmóvil por el miedo y yo paso el pulgar acariciando su mejilla, encogiéndome de hombros con indiferencia. “No tanto ni con mucho. En realidad, no puedo darle nada más que lo que él ya sabe.” Lo cual es verdad; la principal razón por la que desea tener acceso a mi don es porque resulta – como él mismo dijo – “conveniente”. “Y por supuesto, eso depende que encuentre la forma de obligarme a hacer lo que quiere,” comento, instilando una gran cantidad de escepticismo a mi voz. “Él me conoce y sabe lo improbable que es eso.”
Levantando una ceja con sorna, me digo a mí mismo que no hay nada que Aro pueda hacer para obligarme a servirle…pero una vocecilla me advierte al oído de que hay una cosa – una persona – en mi existencia por la que haría cualquier cosa, sin importar lo que me cueste.
No trates esto tan a la ligera, Edward. La arrogancia es una insensatez que ninguno de nosotros puede permitirse. Eleazar me fulmina con la mirada, el ceño fruncido, y entonces afirma mordazmente, “Él también conoce tu debilidad.” Con deliberada lentitud, pasa la mirada a la valiosísima mujer que tengo junto a mí. Bella le sostiene la mirada con aprehensión, su rostro aún apoyado en mi mano. Aro ha visto tu mente, me recuerda severamente Eleazar, su voz interior fría y afilada. Él sabe que no puedes vivir sin ella. Para alguien con su influencia, sería muy sencillo atraparte utilizando a Bella. Tan sólo una amenaza convincente y harías todo lo que él te pidiera…
“No es algo de lo que tengamos que hablar ahora.” Interrumpo su línea de pensamiento, advirtiéndole con la mirada de que deje el tema. Mis dedos se flexionan imperceptiblemente sobre la piel de Bella y veo cómo sus vivos ojos vuelan hasta mi rostro, sin duda evaluando mi expresión vacía frente al acero en mi voz.
Eleazar hace caso omiso de mi insinuación amenazante y continúa, sugiriendo, “Probablemente también quiera a tu pareja, de todas formas. Ha debido quedar maravillado por un talento que pudo desafiarle en su encarnación humana.”
Aprieto la mandíbula y bajo la mirada. A pesar de lo incómodo que me siento con sus suposiciones…está en lo cierto. Aro se sintió fascinado por la extraordinaria habilidad de Bella para resistirse al talento de un vampiro relacionado con la mente. Y mi primo también ha dado en el clavo al hablar sobre los medios que emplearía Aro para obligarme a obedecerle; todo lo que tendría que hacer es amenazar a mi Bella y yo me sometería.
Ella cambia de postura sutilmente, captando mi atención, y cuando veo la expresión de su rostro me doy cuenta de que ella está tan incómoda como yo. Bella es lo bastante intuitiva como para saber que cada uno somos la mayor fuerza y la mayor debilidad del otro. Igual que yo sacrificaría mi libertad por ella, ella haría lo mismo por mí.
Frustrado con mis morbosos pensamientos, cambio el rumbo de nuestra conversación. “Creo que los Volturi estaban esperando esto – algún pretexto. Ellos no podían saber en qué forma llegaría su excusa, pero el plan ya estaba trazado para cuando lo hiciera.” Mi voz suena llena de comprensión cuando comento, “Ésa es la razón por la que Alice vio su decisión antes de que Irina la provocara. La decisión ya estaba tomada, tan sólo esperaban una farsa como justificación.”
Carmen da un paso adelante: Renesmee cambia su posición en los brazos de la vampira hispana para poder ver a todo el mundo. “Si los Volturi están abusando de la confianza que todos los inmortales han depositado en ellos…” La musical voz de Carmen está impregnada de justa indignación.
“Es que importa?” pregunta Eleazar, sin esperar en realidad una respuesta. “Quién lo creería? E incluso si convencemos a otros de que los Volturi están explotando su poder, cómo habría de suponer alguna diferencia? Nadie se puede oponer a ellos.” Se lanza hacia Carmen, con la necesidad inconsciente de tenerla cerca y Renesmee lo estudia brevemente con sus limpios ojos marrón chocolate.
Riéndose sin ganas, Kate dice en voz baja, “Aunque algunos de nosotros estamos lo bastante locos como para intentarlo, según parece.”
Es tan incorregible como su hermana. Reprimiendo una réplica exasperada, repito negando con la cabeza, “Sólo estáis aquí como testigos, Kate. Sea cual sea el objetivo de Aro, no creo que esté dispuesto a empañar la reputación de los Volturi por él.” No querrá arriesgarse a perder la superioridad de su aquelarre en el mundo de los inmortales desafiando tan flagrantemente a nuestra familia, sin el disfraz de mantener sus leyes. “Si podemos despojarles de sus argumentos contra nosotros,” declaro con más seguridad de la que siento, “se verá obligado a dejarnos en paz.”
“Por supuesto,” Tanya no revela las dudas que llenan su mente cuando expresa su acuerdo y, a juzgar por el tono de los pensamientos que invaden mi cerebro, nadie más parece inclinado a creer mis palabras, tampoco.
Durante varios minutos, nadie habla. Agradecido por el indulto, silencio el continuo barullo que hay en mi cabeza y me giro hacia Bella. Ella me coge de la mano enseguida, el ceño fruncido mientras reflexiona con expresión ausente mira fijamente la luz del sol calentando el suelo de madera.
Así pues, ella es la primera en advertir el suave crujido de unas ruedas cambiando del asfalto al suelo de tierra cuando un coche abandona la carretera y entra en la camino que dirige a la casa. “Oh, mierda, Charlie” Mordiéndose el labio, Bella me mira y murmura apresuradamente, “Tal vez los de Denaly podrían subir al piso de arriba…”
“No.” Abro la mente de nuevo, prestando atención a cualquier voz familiar…”No es tu padre,” le digo mientras desenredo la maraña de pensamientos que me rodea. Entonces, el eco de las dos mentes que se acercan crea una armonía vagamente reconocible que hacía tiempo que no oía. Parpadeando, me concentro en el rostro desconcertado de Bella y le digo en voz baja, “Alice ha enviado a Pater y Charlotte, después de todo. Hora de prepararse para la siguiente ronda.”


2 comentarios:

  1. Ola!!!CuandO publiicas el siguiiente???Graciias!!!
    sariita_lautner

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  2. Hola!Procuro sacar las traducciones cada semana o cada dos como mucho cuando son capítulos extralargos, pero estos días he estado un poco en el caos y no he podido trabajar lo normal, espero al final de semana sacar el próximo capítulo, lo siento, sé lo duro que es cuando la fan fic no se actualiza al ritmo que uno quiere ;) Pero ya he recuperado el ritmo normal! Besos y gracias

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