jueves, 17 de diciembre de 2009

METAMORFOSIS. Capítulo 9: El Futuro

Éste ha salido muy rápido, en cambio. Es más corto y muy muy tenso. Ya sabéis: tercer libro de Breaking Dawn desde la perspectiva de Edward, increíble Fan Fiction de la mejor calidad, escrito por LivesAmongTheStars y que nosotros estamos traduciendo con su permiso. Eso sí, si os animáis, es muchíiiiiiisimo mejor en inglés, Metamorphosis.
Sé que soy una pesada, pero últimamente está uniéndose gente nueva y estupenda al blog, tened paciencia conmigo ;)



9. El Futuro.

Nada es más importante que la familia.

Ese principio es una de las pocas cosas que puedo recordar de mi vida humana – y desde el momento en que abrí los ojos como vampiro, el concepto se convirtió en la piedra angular de mi existencia intemporal.

Los Cullen somos una excepción en el mundo de los inmortales en algo más que en la elección de nuestro sustento. A diferencia de los nómadas, que suelen permanecer solos o en pareja si les conviene, todos hemos establecido vínculos entre nosotros, distintos a los que compartimos con nuestras parejas. Como una comunidad, hemos aprendido a pensar no sólo en nosotros mismos sino también en los demás y en el grupo que formamos, como un todo.

Aunque quiero mucho a mis padres, protegería a mis hermanas contra viento y marea y moriría por cualquiera de mis hermanos, he aprendido de la experiencia pasada que puedo seguir adelante – al menos durante un tiempo – sin su presencia constante y su atención en mi vida.

También he llegado a darme cuenta de sin qué, o mejor, sin quién no soy capaz de continuar.

Me resulta un poco extraño cómo el centro de mi existencia, aunque sigue ocupado completamente por Bella, se ha expandido para incluir también a Renesmee. En su momento, prácticamente le supliqué a mi mujer que le permitiera a Carlisle sacar a nuestro bebé de su vientre porque estaba convencido de que la mataría. Faltó muy poco para que estuviera en lo cierto, por supuesto, pero echando la vista atrás…cómo pude considerar siquiera un acto tan espantoso?

La idea principal que me viene a la mente cuando pienso en mi hija ahora es “proteger”. Ese instinto ha crecido en mí a pasos agigantados desde que me enamoré de Bella, y ahora la presencia de Renesmee ha hecho que se vuelva casi salvaje. Aunque me lanzaría a las llamas si fuera necesario por mi familia, lo que sería capaz de hacer para garantizar la seguridad de mi ángel y nuestro pequeño milagro no tiene límites. Y esa idea me resulta más desconcertante de lo que estoy dispuesto a admitir.

Esta noche, mientras hablo con mi padre una vez más sobre nuestro viaje a Sudamérica, me alegro de que mi mente pueda reunir tanta información y seguir atento al mismo tiempo. Los detalles dan vueltas en mi cerebro, mezclándose con la preocupación por Bella y su visita a Volterra en tan sólo unos días y con una oscura corriente de miedo porque no podamos encontrar las respuestas que necesitamos – ni en Brasil ni en ningun otro lugar del planeta.

Y a pesar de todos estos hechos, preocupaciones y sueños girando en mi cabeza, otra parte de mi conciencia está centrada en lo que pasa a mi alrededor mientras Carlisle y yo planeamos nuestra ruta sobre el mapa a través de la selva del Amazonas.

Como era de esperar, mis hermanos están hablando sobre las oportunidades de caza que ofrece la jungla.

“Se dice que algunos de los depredadores más temibles viven en la selva tropical,” le dice Jasper a Emmett, con excitación, “Definitivamente, es mayor desafío cazar un jaguar que un oso pardo o un puma.”

“No sé si un gato puede superar a un oso pardo rabioso recién salido de la hibernación, Jazz,” comenta Emmett con incredulidad. “Con Edward a nuestro lado, probablemente no lleve demasiado tiempo localizar uno.” El chaval tiene una especie de don cuando se trata de encontrar un felino de esos. Algo en el olor de su sangre…demasiado diluida para mi gusto…Empieza a pensar en la caliente densidad que la rabia inyecta en la sangre de un oso y luego cambia de tema rápidamente cuando se le inunda la boca de veneno. “Qué me dices de una anaconda? Eso que puede ser divertido.”

Jasper parece estar reprimiendo la necesidad de poner los ojos en blanco. “La anaconda es un reptil, Em” dice con algo de condescendencia, “Sangre fría, recuerdas?”

Ya lo sé, le contesta mentalmente y luego, en voz alta también, “Ya lo sé. Estaba pensando que sería divertido luchar con una. No salía eso en una película o algo así?”

Esme y Rosalie están absortas en una conversación sobre qué llevar de equipaje. “Por fin les sacaremos algo de utilidad a mochilas de acampada que compramos en el almacén de los Newton,” comenta mi madre, con su dulce rostro iluminado por una sonrisa. “Deben tener espacio más que suficiente para lo que necesitamos.”

“Y qué hay de Nessie?” pregunta Rosalie. “Ninguno de nosotros sabe todavía si la humedad le afectará como a los humanos. Necesitará varias prendas de ropa.”

Esme mira mordazmente a la escultural rubia, “No tiene ningún problema con el frío. Pero en cualquier caso, tendremos que mantener las apariencias.” Mira a un lado pensativamente, “Mmm…con media docena de modelos debería ser suficiente y siempre podemos hacer una parada en Brasilia o La Paz si hay que reabastecerse.”

Rosalie escupe, “De verdad piensas que con seis modelos bastará?” Parece horrorizada ante la idea de llevar la misma ropa durante más de veinticuatro horas.

“Es una expedición a través del Amazonas, Rose, no una sesión de fotos para Ralph Lauren,” le recuerda Esme con suavidad, refiriéndose a nuestra coartada en caso de que se nos acercara algún nativo.

Rosalie se enfurruña, molesta, y cambia a su vía de escape preferida para descargar su disgusto. No sé por qué tiene que venir con nosotros el chucho – somos perfectamente capaces de hacer esto sin él

En realidad, Jacob se ha convertido en un miembro esencial de nuestro grupo. Después de escuchar sus argumentos mucho tiempo y que Bella se pusiera de su parte en la última reunión familiar, mi padre y yo reconocimos que podría resultar útil. Cuando – me niego a pensar si – contactemos con los Ticunas, es altamente improbable que ninguno de ellos hable con un vampiro. Jacob hará de enlace entre las tribus y nosotros; Carlisle espera que la prueba visible de un humano coexistiendo con nuestra especie convenza a los indígenas de que somos pacíficos.

En este momento, Jacob está en La Push con Sam y los demás, realizando los preparativos para su ausencia. Forks y la reserva Quileute estarán probablemente más seguros de lo que han estado en un tiempo cuando nos hayamos ido, pero la obligación de los lobos de defender su territorio les hace imposible no prepararse para las contingencias que puedan ocurrir mientras Jacob esté fuera. Las dos manadas han llegado a depender de él más de lo que él mismo sabe.

Alice revolotea lentamente por la gran habitación, ocupada en ajustar los lazos rojos de las guirnaldas de hojas perennes que rodean el pasamanos de la escalera. Su mente, sin embargo, vaga por el futuro, entrando y saliendo de él, mientras continua buscando en sus visiones lo que podemos esperar de Sudamérica.

Me concentro brevemente en su línea de pensamiento y me asalta tal avalancha de imágenes, en breves destellos como fogonazos ante mis ojos, que desconecto rápidamente de su cabeza, preguntándome una vez más cómo consigue mi hermana mantenerse centrada en medio de todo ese caos.

La última y más importante parte de mi mente descansa invariablemente en las dos razones de mi existencia. Renesme está tumbada, profundamente dormida, sobre el sofá, sus rizos color bronce extendidos en desorden en torno a su cabeza y Bella la mira, de pie tras el sofá, con expresión pensativa.

Siento estallar en mí la intensa curiosidad, suplicándome que formule la permanente pregunta – hasta que un súbito y enérgico pensamiento se abre paso en mi cerebro. Una imagen aparece parpadeando como un espejismo: una esbelta figura, de pie sobre un acantilado rocoso, contemplando un campo cubierto por una capa plateada de escarcha, el cabello rubio claro agitándose a su alrededor por las ráfagas de aire cargado de nieve.

Dónde está? Qué está haciendo? Una voz ansiosa y aguda narra la visión. Sólo puedo ver eso y luego – desaparece. No lo entiendo…es su indecisión lo que hace que el futuro sea tan incierto?

Jasper, de repente, se gira y le lanza una tranquila mirada de topacio a su mujer mientras ella arregla los jarrones que adornan una gran consola de caoba frente a las ventanas, preocupándose por nuestra prima desaparecida. “Déjalo, Alice,” le ordena con suavidad, “no es cosa nuestra.” Después, como una brisa cálida, una oleada de tranquilidad inunda la habitación, llevándose consigo la preocupación de Alice por Irina y suavizando las leves líneas que estropean la frente de Bella cuando ella levanta la vista.

Un poco molesta con su marido, Alice le saca la lengua a Jasper antes de coger uno de los jarrones de cristal y llevárselo a la cocina, con la intención de retirar del ramo algunas rosas que apenas están empezando a marchitarse, como distracción.

Bella baja la mirada hacia nuestra hija, que sigue durmiendo, ahora ya sin expresión pensativa sino de adoración y los pasos rápidos y ligeros de Alice suenan de fondo débilmente. Carlisle retoma su extrapolación de dónde podríamos encontrar a sus amigos en el Amazonas y yo le escucho mientras observo a Bella, apreciando la forma en que la luz que cae sobre su cabeza, derrama un brillo de intenso color castaño en su cabello oscuro.

Entonces, el aire silba entre los fragmentos de cristal pulido. Veo volar la mirada escarlata de Bella, al mismo tiempo que la mía se dirige hacia la fuente del sonido. En un segundo, el jarrón se desploma de las manos de Alice, rompiéndose en miles de brillantes fragmentos que llenan el suelo como confeti a sus pies. Rosas rojas y blancas de largos tallos yacen esparcidas en un charco de agua entre los cristales rotos – y en ese lapso de tiempo infinitesimal hay un silencio absoluto en la casa y en mi cabeza.

Mirando fijamente la espalda inmóvil de mi diminuta hermana, me esfuerzo por ignorar la repentina explosión de pensamientos que entran a raudales en mi cabeza, y concentrarme en Alice.

Un desgarrador grito mental de angustia, terror y sorpresa se hunde en mi mente como un cuchillo, interrumpiendo cualquier otra voz que suene en mi cabeza y la sensación es tan dolorosa que me tambaleo hacia atrás.

Alice se da la vuelta para mirar la habitación. Sus ojos dorados están velados, con su atención suspendida en algún punto entre el presente y el futuro, y tan abiertos que consumen su rostro delgado y ceniciento.

Me sumerjo en sus ojos mientras su grito sigue sin disminuir y entro en su familiar mente.

Primero, oscuridad – completa oscuridad – y después la visión cobra vida.

Piedra cubierta de hielo recortada contra un cielo incoloro.

Una capa de nieve, blanca y silenciosa, en el suelo.

El susurro del terciopelo al frotar contra las agujas de pino cubiertas de escarcha.

Una hilera de árboles surge delante…y entonces las sombras se ondulan, creando formas – figuras espectrales tapadas con capas que cruzan el claro cubierto de nieve, ominosas y amenazantes.

Un ruido se escapa de mis labios – un grito ahogado que saca el aire de mis pulmones y se rompe en mi garganta igual que el cristal hecho trizas contra el suelo.

“Qué?” ruge alguien, y noto la ráfaga de aire que hace al pasar. Los trozo de cristal quedan reducidos a un fino polvo bajo las pisadas, rápidas y fuertes, y entonces un extraño sonido vibrante acompaña a otra fiera exigencia en la misma voz. Mi hermano, reconozco en algún lugar recóndito de mi mente. Jasper. “Qué, Alice?”

Hay más ruido, el aire estancado de la habitación se agita a mi alrededor por el movimiento, pero yo ya no me doy cuenta.

La visión continua, implacable y devastadora.

Los rostros emergen de las sombras.

Una joven angelical cuyos ojos prometen agonía. La cara inquietantemente hermosa de un ejecutor. Una sonrisa dura y una despiadada mirada color rubí enmarcada por una cortina de cabello gris. Los ojos impasibles de alguien eternamente desprovisto de cualquier emoción.

Y la expresión triste y compungida, desmentida por los ojos color burdeos, llenos de lúgubre satisfacción.

Las figuras encapuchadas cercan el claro cubierto de nieve como un nudo corredizo.

No hay escapatoria.

Tan sólo iris rojos, y sombras, y nieve.

Y muerte.

Alice y yo finalmente nos despertamos de la pesadilla. La parte lógica de mi cerebro comprende que sigo de pie exactamente en el mismo sitio de antes, mirando a través de la habitación al rostro helado de mi hermana…pero en las contaminadas lindes de mi mente, la visión persiste - ineludible y atroz, mientras parpadea arbitrariamente tras mis pupilas.

Jasper sujeta fuertemente los estrechos hombros de su mujer. La sacude, su cabeza cayendo pesadamente de un lado a otro como una muñeca de trapo, pero sus ojos no abandonan los míos. “Qué es?” demanda otra vez. La expresión en su rostro es la del soldado que una vez fue, aunque no puede reprimir completamente el pánico que empieza a colarse en sus pensamientos.

Es como si mi hermana y yo fuéramos una sola entidad, unidos no sólo a través de mi don sino también por la aterradora visión que acabamos de compartir. Sus labios, tan desprovistos de color que parecen desaparecer en el pálido círculo de su cara, se separan ligeramente – siento que mi boca imita el movimiento, formando las palabras que dominan tanto su mente paralizada como la mía.

“Vienen a por nosotros.” Nuestro susurro suena muerto, vacío…como una lápida abierta. “Todos ellos.”

“Todos ellos,” repito en un débil gemido. Un zumbido comienza a filtrarse a través del entumecimiento de mi mente – los pensamientos de mi familia – aunque no siento el deseo ni la voluntad de definir mejor sus preocupaciones.

“Los Volturi,” solloza Alice al mismo tiempo. Un segundo después, farfulla con voz ronca, “Por qué?” Su respiración se altera cuando reprime un grito de dolor, “Cómo?”

“Cuándo?” digo con voz estrangulada, luchando en vano por salir a la superficie del vacío que está acabando con cualquier emoción en mí. Esforzándome por recuperar el aliento, me doy cuenta de que no había sentido este vacío desde aquellas veinticuatro horas infernales que soporté creyendo que mi Bella estaba muerta.

Bella.

Lleno de pánico, mis ojos vuelan hasta ella para comprobar que sigue aquí – una estatua helada junto al sofá en el que duerme nuestra hija, ajena al horrendo destino que se cierne en el horizonte. No puedo mirar su rostro y ver en sus ojos la misma desolación que está consumiendo toda la vitalidad de mi espíritu. No podré sobrevivir a eso. Ella necesita de mí que sea fuerte…y en este momento, no puedo ofrecerle esa fuerza, porque apenas tengo la suficiente para que no se me doblen las rodillas.

Mi madre se aferra al brazo de Carlisle como si ella también estuviera al borde del colapso. En un susurro frenético, murmura, “Por qué?”

“Cuándo?” sisea Jasper y la palabra, gélida y violenta, atraviesa el silencio como una cuchilla.

Interiormente, Alice se encoge ante la visión pero, igualmente, ahonda en el futuro para buscar la respuesta a su pregunta. Sigo conectado a su mente; otro par de ojos nos ayudarán en nuestra investigación y, de alguna extraña manera, acompañarla a través de la pesadilla me hace sentir como si estuviera – si no protegiéndola – al menos, ofreciéndole apoyo al no permitir que lo viva sola.

Las figuras cubiertas por túnicas oscuras emergen de nuevo en el bosque en sombras, pero esta vez Alice se concentra en lo que nos rodea, dibujando el paisaje de Forks y la cordillera de Olympia para descubrir cualquier pista sobre cuándo llegará este futuro.

“Pronto,” respondemos al unísono.

Alice continúa en un murmullo sin vida, con su mirada color ámbar distante, “Hay nieve en el bosque, nieve en la ciudad. Poco más de un mes,” un lóbrego quejido señala el final de su respuesta.

“Por qué?” pregunta Carlisle, implorando a cualquiera de los dos que le dé un motivo que explique esta locura.

Esme trata desesperadamente de desenterrar cualquier resto de esperanza. “Debe haber una razón,” dice con voz temblorosa, “Quizá sea ver…”

“Esto no tiene que ver con Bella,” le interrumpe Alice débilmente. La mirada ausente ha desaparecido de su rostro delicado, aunque parece incapaz de mantenerse del todo en el presente. Jasper siente su desesperación y le duele – ya se tambalea bajo el peso aplastante de la desolación que oprime la sala – así que la abraza contra él, con el brazo envolviendo firmemente su esbelta figura. Ella se apoya contra él, como si quisiera desaparecer, y revela, “Vienen todos – Aro, Caius, Marcus, todos los miembros de la guardia, incluso las esposas.”

Imposible. Jasper rechaza sus palabras mentalmente, mientras sostiene en voz alta, “Las mujeres nunca abandonan la torre. Nunca. Ni durante la guerra del sur, ni cuando los rumanos intentaron derrocarles. Ni siquiera cuando estuvieron dando caza a los niños inmortales. Nunca,” concluye con firmeza.

Cuando Alice no responde, ni da señal de haber estado escuchando a Jasper, yo replico en un susurro, “Esta vez, sí.”

“Pero por qué?” suplica mi padre, la furia contra sus antiguos compatriotas y la desesperación por entender, librando una batalla en su mente. “No hemos hecho nada! Y si no fuera así, qué podríamos haber hecho que trajera esto sobre nosotros?” No apruebo muchos de sus métodos pero siempre he tratado a los hermanos con sumo respeto – y lo mismo mis hijos! Qué posible lógica es responsable de esta locura? Qué propósito está detrás de este…ataque…a nuestra familia?

“Somos tantos. Deben querer asegurarse de que…” mi voz se quiebra. No expresaré en voz alta el resto de esa idea, aunque el lado más oscuro de mi naturaleza gruñe malévola en mi mente: de que nos matan a todos.

Un súbito dolor se clava en mis músculos y el ansia por sentir a Bella en mis brazos y apretar a Renesmee contra mi pecho casi me aplasta. Quiero esconderlas de ese terrible futuro – llevarlas hasta los confines de la tierra o utilizar mi cuerpo como escudo contra esos despiadados iris rojos. Y aún así, continúo clavado en mi sitio. Debo ser fuerte. Por ella, por las dos.

“Eso no responde la pregunta crucial!” En este punto, Carlisle está prácticamente gritando. Él casi nunca levanta la voz; está al límite, igual que el resto de nosotros. “Por qué?” pregunta por tercera vez. Por favor, hijo mío, me ruega mentalmente, cuéntame lo que Alice y tú habéis visto para que podamos afrontar esto juntos – todos nosotros!

Jasper aprieta suavemente a Alice, acariciándole el brazo con la mano en un gesto tranquilizador. “Retrocede, Alice. Busca el desencadenante. Indaga,” le dice, el estrés haciendo que el acento sureño aparezca en sus palabras.

No puedo…Ella niega con la cabeza, pareciendo encogerse y se aprieta contra Jasper. “Vino de ninguna parte, Jazz. No estaba pensando en ellos, ni siquiera en nosotros. Tan sólo buscaba a Irina,” confiesa, levantando la vista hacia él con expresión culpable. “No estaba donde yo esperaba…” se detiene, imágenes borrosas agitándose en su mente.

La visión de Irina en la montaña vuelve a Alice cuando murmura para sí misma que ese lugar le resulta familiar de alguna manera…Y entonces, la delgada vampira de pelo rubio platino aparece en la antigua torre de piedra de Volterra, levantando tímidamente la mano hacia Aro, la expresión de él inquisitiva.

Ése es el desencadenante, gruñe Alice. Levanta bruscamente la cabeza, con la mirada dura como el acero, fría como la muerte. Irina les da la excusa que necesitan para atacarnos.

Tomo aire rápidamente mientras escucho su análisis y la contemplo con los ojos muy abiertos cuando informa a los demás en un rugido, “Decidió acudir a ellos. Irina decidió ir a donde los Volturi. Y después, ellos decidirán…es como si la estuvieran esperando. Como si la decisión ya estuviera tomada y se limitaran a esperarla a ella…”

Emmett, aún preparado para un ataque junto a las ventanas, resopla mentalmente. No lo pillo. Qué podría decirles que nos convirtiera en el enemigo público número uno?

“Irina es nuestra familia”, gime Rosalie, acercándose inconscientemente a su marido. Sea lo que sea que ellos piensen que hemos hecho, como puede traicionarnos de esa forma? No lo entiendo…

“Podemos detenerla?” pregunta Jasper, coincidiendo con la línea de pensamiento de Esme, que es notablemente similar a la de Rosalie.

“No es posible,” Alice aprieta los dientes y los puños, “ya casi está allí.”

“Qué va a hacer?” pregunta mi padre con tristeza.

Reduciendo mi atención en los pensamientos de los demás y lo que están diciendo en voz alta, arriesgo otra mirada a Bella. Deseos opuestos – encontrarme con sus enormes ojos y hallar un pequeño consuelo, o evitar por completo su mirada por miedo a que ella necesite una confianza que no puedo darle – luchan en mi interior.

Ella no mira hacia mí, su rostro inexpresivo tiene la mirada perdida en el vacío. Pasan varios segundos, mientras yo sigo observándola, la incesante necesidad comenzando a clavarse en la boca de mi estómago, exigiendo sentir su piel y aspirar su dulce aroma tanto como sea posible mientras quede tiempo para nosotros.

Me estremezco en respuesta a esa idea morbosa – pero no paso por alto la brillante llamarada de intuición en los vivos ojos escarlata de Bella. Mi corazón se retuerce con compasión cuando su rostro se contorsiona en una expresión de angustia y entonces da la vuelta al sofá, cayendo de rodillas al suelo sin hacer ruido. Tendiéndose sobre Renesmee, entierra la cara en los suaves rizos de nuestra hija mientras su labio inferior tiembla incontrolablemente.

Emmett comenta, “Bueno, no podemos quedarnos sentados aquí y-“

Ella le interrumpe a mitad de frase, su suave y melodiosa voz consternada. “Pensad en lo que ella vio aquella tarde. A alguien que perdió a su madre a causa de los niños inmortales, que le habría parecido Renesmee?”

El silencio se extiende por la habitación.

Capto su idea en cuanto menciona a los niños inmortales. Siempre ha tenido presente esa historia en particular de nuestras crónicas, de la misma forma que ha atormentado a todos los vampiros que vivieron la purga o han oído hablar de ella.

Y en ese momento comprendo por qué la revelación de Bella no es el golpe que esperaba. Es porque sigo paralizado, y una parte de mí se pregunta si seguiré así indefinidamente – porque sé que ahora todos estamos en el patíbulo, esperando el golpe de gracia que nos lleve a la inconsciencia.

Dios mío…Carlisle se sostiene en precario equilibrio al borde del shock, su voz apenas un susurro cuando contesta a la pregunta de Bella, “Una niña inmortal.”

Bella se estremece violentamente, estrechando con sus brazos a Renesmee en una postura protectora. Antes incluso de que pueda comprender las intenciones de mi cuerpo, mis instintos toman el control y me llevan a su lado, de rodillas. La envuelvo igual que ella hace con nuestra hija – rodeando con los brazos su esbelta silueta y apoyando la cara en la oscura cortina de su cabello. Los fuertes latidos del corazón de Renesmee resuenan en la helada quietud, su respiración lenta y acompasada perfuma el aire y se mezcla con la fragancia embriagadora de Bella y yo apoyo una mano sobre la cabeza de la pequeña, por la necesidad de tocarla.

“Pero se equivoca,” insiste Bella, sin fuerzas. Empieza a balbucear con la voz amortiguada por los rizos color bronce de nuestra hija, “Renesmee no es como aquellos niños. Ellos estaban detenidos en el tiempo pero ella crece muchísimo de día en día. Ellos estaban fuera de control pero ella nunca le ha hecho daño a Charlie o a Sue, ni siquiera les muestra cosas que podrían alterarles. Ella sabe controlarse,” hay un matiz de histeria en su voz; está esperando que alguien le dé la razón, que su razonamiento alivie la presión que nos oprime a todos. Pero el alivio no llega. Abrazo con más fuerza su cuerpo tenso y ella se obliga a volver a hablar – en voz aún más baja que antes. “Es más inteligente ya que la mayoría de los adultos. No hay razón…” El resto de sus palabras mueren en su garganta y una profunda depresión cae como una mortaja sobre toda la habitación. Durante varios minutos, amargos e interminables, no hay otro sonido que la cálida respiración y el pulso musical de Renesmee.

No puedo dejar que mi Bella se aferre a una esperanza falsa. Aunque daría lo que fuera por preservar esa esperanza, por evitar que experimente conmigo este vacío, le debo la verdad.

Sacando fuerzas de la familiar forma y la sensación de su cuerpo bajo el mío, acaricio con los labios la curva del lóbulo de su oreja y susurro con ternura, “No es la clase de crimen por la que celebran un juicio, mi amor. Aro ha visto la prueba de Irina en su mente. Vienen a destruir, no a razonar.” Para ellos ya estamos muertos – lo único que queda es completar la tarea.

Siempre obstinada, Bella afirma, “Pero se equivocan.”

Consigo mantener la voz tranquila y aterciopelada mientras le contesto, “No van a esperar a que se lo demostremos.”

Ella gira ligeramente la cabeza para mirarme, con una chispa de tenacidad iluminando el intenso color rubí de sus iris – todavía negándose a rendirse a la desolación que ya ha envuelto a la mayor parte de la familia.

Mi pecho se expande con profunda adoración, haciendo que respirar sea un poco más fácil. Cuánto la quiero.

“Qué podemos hacer?” demanda. Un mechón de suaves cabellos castaños cae por su mejilla, cubriéndole en parte los ojos. Me acerco más y los parto con la punta de la nariz, llenando mis pulmones con su aroma mientras intento combatir la desesperación que amenaza con dominarme. He esperado casi un siglo a que esta mujer despierte mi alma y llene el vacío en mi corazón y ahora nos encontramos al borde de la aniquilación total.

Fue este el precio que tuve que pagar desde el principio por amar a Bella? Siempre he sabido que no merezco su amor en absoluto – el monstruo que había ansiado su sangre desde el día en que nos conocimos y que finalmente había conseguido arrebatársela al mundo humano – pero qué ha hecho ella para recibir este destino?

Los últimos cuatro meses han sido el paraíso en la tierra; no sabía que era posible sentir tanta felicidad. Es por eso que sucede esto…porque no soy digno de tener para siempre esa clase de felicidad?

Es obvio, hermanita. La incorregible mente de Emmett atraviesa la niebla de agonía que cubre mi mente. Cuadrándose de hombros, anuncia con calma a la sala en general, “Vamos a luchar.”

“No podemos vencer,” responde Jasper bruscamente. Rodea con ambos brazos el diminuto cuerpo de Alice, inclinándose sobre ella en una postura defensiva, sus labios dejando al descubierto los dientes apretados.

“Bueno, no podemos salir corriendo,” le lanza de vuelta Emmett. “No con Demetri alrededor,” resopla con asco. No es que me eche atrás en una pelea bajo ninguna circunstancia. He estado esperando la oportunidad de encargarme del sabueso de los Volturi. Y además – creo que nos estamos adelantando con todo este rollo de “estamos perdidos, es inevitable”. “Y no sé por qué no podemos ganar,” un brillo fiero se enciendo en sus ojos pardos. “Hay unas cuantas opciones que considerar. No tenemos por qué luchar solos.”

Bella se pone rígida, un violento rugido resonando en su garganta y yo me aparto justo cuando ella levanta la cabeza de golpe, fulminando a Emmett con una llameante mirada roja. “Tampoco tenemos que sentenciar a muerte a los Quileutes, Emett!” grita. Renesmee se agita un poco bajo el abrazo de su madre, un leve ceño arrugando su frente, pero permanece inconsciente. Acaricio suavemente sus rizos y el gesto desaparece mientras suspira, acurrucándose más cómoda en el lujoso sofá.

“Tranqui, Bella,” dice Emmett sin perturbarse. Tío, tiene la mecha más corta que tú, Edward, añade para mí. Un segundo para explicarme. “No me refería a la manada,” afirma con calma. Entonces, levanta una ceja, especulando. “Aunque sé realista – crees que Jacob o Sam van a ignorar una invasión? Incluso si no tuviera que ver con Nessie? Por no mencionar que, gracias a Irina, Aro sabe de nuestra alianza con la manada ahora también.” Quizá se lo quieran pensar dos veces antes de meterse con nosotros y los perros, reflexiona, imaginándose la expresión en la cara de Jane justo antes de que un enorme lobo le arranque la cabeza de su pequeño cuerpo. Cambia su línea de pensamiento un instante después, comentando, “Pero estaba pensando en nuestros amigos.”

“Otros amigos que no tenemos por qué sentenciar a muerte,” murmura Carlisle en voz muy baja. Ha reconocido la sugerencia de una estrategia por parte de mi hermano – lo que efectivamente es – y puede ver su potencial. Supongo que yo puedo, también…pero será una jugada arriesgada, independientemente de lo que elijamos. Aún así, qué otra cosa podemos hacer? Aceptar con calma nuestro final y esperar a que llegue? Cualquier cosa sería mejor que eso.

Emmett mira a nuestro padre con expresión satisfecha, cruzándose de brazos, “Hey, les dejaremos decidir a ellos. No estoy diciendo que tengan que luchar con nosotros.” Se encoge de hombros despreocupadamente, mientras su mente comienza a refinar aspectos de su idea, hablando mientras continua elaborándola dentro de su cabeza, “Si permanecieran a nuestro lado, lo justo para hacer dudar a los Volturi. Bella tiene razón, después de todo,” comenta con una leve sonrisa de suficiencia. “Si pudiéramos obligarles a pararse y escuchar. Aunque eso podría acabar con cualquier motivo para una pelea…”

La fina y pálida mano más próxima a mí en el sofá se aprieta en un puño. Al parecer, Bella sigue echando chispas.

Apoyo la mano que tengo libre sobre la suya, pasando suavemente los dedos sobre sus nudillos y, finalmente, la tensión empieza a desaparecer de sus músculos.

Mientras tanto, Esme se agarra a la frágil esperanza que ha ofrecido Emmett y contesta con voz ansiosa, “Sí. Eso tiene sentido, Emmett. Todo lo que necesitamos es que los Volturi se detengan un momento. Lo suficiente para escuchar.” No veré morir a mis hijos. Otra vez, no, jura mentalmente, pensando en el bebé que perdió – y en mi cara después de haberle dicho adiós a Bella, a todo lo que soy, recordando la expresión muerta en mis ojos.

El rostro absurdamente hermoso de Rosalie se contorsiona en una mueca desdeñosa. Esto es ridículo, piensa con desprecio y su amargura me deja mal sabor de boca. Mostrarle a los Volturi que tenemos aliados junto a nosotros es como ondear una bandera roja frente a un toro embistiendo – sólo querrán deshacerse aún más rápido de nosotros. “Necesitaríamos todo un espectáculo de testigos,” se burla, su dura mirada fija en Emmett.

Esme asiente enérgicamente, ajena al sarcasmo de mi hermana, y propone, “Podemos pedirles eso a nuestros amigos. Que se limiten a actuar como testigos.”

“Nosotros lo haríamos por ellos,” dice Emmett, mirando la máscara cínica en el rostro de Rosalie. Es una pesimista, farfulla mentalmente en lo que parece ser la millonésima vez. Pero ya verá…esto va a funcionar y entonces todo el mundo me dará las gracias por haber ideado este plan. La mira fijamente, sin arrepentirse, y sonríe. Rosalie le lanza una mirada sombría antes de girar sobre sus talones y salir enfadada hacia el extremo opuesto de la sala. Sin embargo, ella no seguirá furiosa con él por mucho tiempo. Nos queda tan poco tiempo a todos, incluso si la estrategia de Em funciona.

Alice capta mi atención, sumergiendo su mente en la clarividencia de su don y yo la sigo de inmediato, absorbiendo todo lo que puedo. “Tendremos que preguntarles sin cometer errores,” murmura ausente. Aparece una imagen vacilante: Renesmee con su manita extendida y una expresión expectante en su rostro angelical. “Habrá que mostrárselo con mucho cuidado.” Alice descifra el significado de la visión y es perfecta en su sencillez.

“Mostrárselo?” Jasper mira confuso el pelo oscuro y disparado de Alice.

Juntos, ella y yo miramos a Renesmee de forma significativa. Su extraordinaria habilidad le permite compartir con los demás todos sus pensamientos. Una vez que nuestros amigos vean la historia de su vida, sabrán con certeza quién y qué es y por qué los Volturi no tienen un motivo justificado para exterminar a nuestra familia.

Pero quién…? Sumergiéndose en sus visiones una vez más, Alice ojea rápidamente imágenes de amigos y conocidos, nombrándolos en voz alta según va apareciendo cada rostro. “La familia de Tanya. El aquelarre de Syobhan, el de Amun, algunos nómadas – Garret y Mary, seguro. Tal vez Alystair.”

“Qué hay de Peter y Charlotte?” pregunta Jasper vacilante. No quiere implicar a su viejo amigo y hermano en lo que él considera una misión suicida en su propia mente. Peter y yo ya hemos tenido bastante guerra; no hay razón para que él y Charlotte se mezclen en esta lucha. En cualquier caso, no veo cómo puede ayudarnos una demostración de testigos. Una confrontación con los Volturi…Reprime un escalofrío. Ninguno de ellos, ni siquiera Alice, sabe lo que es mirar cara a cara a la muerte. Ojalá yo tampoco lo supiera. Nunca quise que ella pasara por algo como esto. Abraza más fuerte a la persona que le ha salvado tan completamente como Bella me ha salvado a mí.

Alice lo advierte, quizá sintiendo su conflicto interior, y responde a su pregunta, “Tal vez,” su presencia no es tan…sólida como la de los demás. Abandona sus recuerdos de esos dos nómadas y vuelve a concentrarse con mayor intensidad.

Carlisle apunta, “Las Amazonas? Kachiri, Zafrina y Senna?”

Un trío de caras de piel morena parpadea en la mente de Alice y después, la exuberante belleza de una selva aparece de golpe en la visión, con una explosión de sonidos. Las sombras se mueven en la maleza – un par de sombras – y Alice siente algo crucial respecto a esta visión en particular…la jungla se desvanece en un fogonazo de luz blanca y es reemplazada por una rápida sucesión de imágenes que parecen no tener nada en común: un grupo de árboles imponentes, un trozo de papel rasgado, una pisada en el barro, la luna medio cubierta por girones de nubes.

No tenemos elección, la voz de Alice, rota por el dolor, resuena en mi mente. Ella se estremece, volviendo hacia atrás en su visión, a la selva y a aquellos a los que se supone que tenemos que llamar pidiendo ayuda.

Su atención se centra decidida en esa parte de la visión mientras vuelve al presente. Levanta la vista hacia Carlisle brevemente y algo extraño les sucede a sus ojos color miel. Pero antes de que yo pueda intentar definirlo, ella baja la cabeza, con la mirada clavada en el suelo, “No puedo ver,” murmura con voz inexpresiva.

No es verdad: ha visto tantas cosas que no llego a comprenderlo todo. Y la forma en que repite los nombres y las caras de nuestros amigos, una y otra vez – como si intentara mantenerme fuera de su cabeza. “Qué ha sido eso?” exijo en un susurro. “Esa parte de la selva. Vamos a ir a buscarlas?”

“No puedo ver,” vuelve a decir Alice. Renesmee es la claveTania, Kate, Eleazar, Carmen, Siobham, Liam, Maggie – enumera los nombres en una infinita sucesión junto con la afirmación sobre Renesmee, hasta que cubre todos sus pensamientos. Y eso me confirma que ella está ocultando algo deliberadamente a mi don. Pero por qué? Miro a mi hermana frunciendo el ceño, confundido, deseando en silencio que levante la vista. Qué puede tener ella que esconder de mí?

Cando abro la boca para hacer una de mis muchas preguntas, ella empieza a afirmar,”Tenemos que dividirnos y darnos prisa – antes de que la nieve cuaje en el suelo. Debemos reunir a cuantos podamos y traerles aquí para poder mostrarles.” Ella se sumerge en su subconsciente, los rostros continúan apareciendo y desapareciendo como luces de neón – hasta que una en particular parece detenerse. “Preguntad a Eleazar,” afirma con seguridad. “Se trata de algo más que de un niño inmortal.”

Accidentalmente, cuando ella menciona ese antiguo tabú, la imagen de la selva resurge en su mente. La imagen es más nítida; un par de sombras corriendo sin hacer ruido a través del denso follaje – pero esta vez, hay más sombras persiguiendo a estas dos. Es una partida de caza.

Con un estallido de interferencias, Alice me cierra el paso a su mente, repitiendo las palabras de antes con renovada urgencia. Trozos de hielo se alojan en mi pecho mientras miro fijamente a mi hermana favorita – mi mejor amiga. “Hay tantas cosas,” susurra. Sigue sin mirarme a los ojos. “Tenemos que darnos prisa.” Ella se separa de Jasper, lanzando una breve mirada por la habitación, como si guardara este momento en su memoria.

“Alice?” ella se vuelve instintivamente hacia el sonido de su nombre, pero después parece acobardarse ante mi mirada desconcertada. “Eso ha sido muy rápido – no lo he entendido.” Qué me estás ocultando? “Qué ha sido…?”

“No puedo ver!” me grita Su expresión está contorsionada en un gruñido feroz, su mirada de color topacio, dura e insondable. Lo siento, Edward. Ella impulsa este pensamiento en mi mente con profunda pena, incluso mientras grita con frustración, “Jacob casi está aquí!”

Estupefacto por su reacción y porque he sido completamente ajeno a la llegada del perro, no puedo hacer otra cosa que quedarme mirando a Alice mientras ella cierra su mente y arranca su mirada de la mía.

Rosalie, con los nervios a flor de piel y ansiosa por tener una oportunidad de desplegar algo de agresividad, se dirige hacia la puerta principal, “Yo me encargaré de…”

“No, deja que venga,” Alice grita con voz aguda y cargada de tensión. “Veré mejor si me alejo de Nessie también.” Agarrando a Jasper de la mano, tira de él arrastrándolo consigo mientras corre hacia la puerta trasera. “Tengo que irme. Necesito concentrarme de verdad. Necesito ver todo lo que pueda. Tengo que irme.” Mira alarmada por encima del hombro cuando suenan unos pasos en las escaleras del porche. Jasper se detiene de golpe, tambaleándose estupefacto. “Vamos, Jasper,” le ordena con voz estridente, “no hay tiempo que perder!”

Alice le tira del brazo, prácticamente temblando de impaciencia, y los dos salen corriendo por la puerta de atrás. “Daos prisa!” grita. “Tenéis que encontrarlos a todos!”

Su piel de alabastro parpadea brillante bajo la luz de la luna mientras cruzan el campo, y una puerta se abre en algún lugar tras de mí, pero sigo mirando a Alice y a Jasper hasta que desaparecen en la sombra azul brumosa del bosque.

“Encontrar qué?” Jacob cierra la puerta principal, su mente algo sorprendida pero sobre todo excitada por el descubrimiento de que Bella y yo todavía no hemos llevado a Renesmee a nuestra cabaña, como para captar plenamente en lo que acaba de adentrarse. “A dónde ha ido Alice?” pregunta, estudiando la puerta, que ha quedado entreabierta en la parte trasera de la casa.

Su curiosidad tan sólo dura un breve segundo. Devolviendo la mirada al rostro en paz de Renesmee, se sacude el pelo mojado y luego se pone una camiseta negra, parloteando entusiasmado todo el tiempo. “Hey, Bells! pensaba que os habríais ido a casa a estas horas…” ve la expresión de Bella y parpadea, asustado por su mirada apagada, muerta. Qué diablos…? Qué pasa? Jacob examina la habitación, la mirada ensombrecida bajo su ceño fruncido.

El cristal roto capta su atención y mira al suelo, abriendo mucho los ojos consternado. Qué diablos ha sucedido? grita mentalmente y las manos grandes y cobrizas comienzan a temblarle. En voz alta, gruñe, “Qué?” su mirada vuela de vuelta a Bella, “Qué ha sucedido?”

Ella abre la boca pero no habla. Supongo que se siente igual que yo. No hay palabras para explicar lo que ha sucedido esta noche.

La mirada de Jacob desciende hasta Renesmee. No es ella, verdad? Está…? Horrorizado, cruza la habitación y se arrodilla junto a Bella, exigiendo, “Está bien?” Posa una mano temblorosa sobre la frente de la pequeña y entonces calma su respiración jadeante para poder escuchar el pulso rápido de Renesmee. Parece que está bien, pero… ”No me hagas esto, Bella, por favor!” la desesperación es evidente en su voz grave. Aparta con esfuerzo la mirada de Renesmee para mirar a Bella, que no se ha movido un milímetro desde que Alice y Jasper se han ido.

La expresión entera de ella está alarmantemente ausente cuando gira ligeramente la cabeza para encontrarse con su mirada ansiosa. “No le pasa nada a Renesmee,” le dice con voz estrangulada, las palabras rompiéndose como frágil cristal.

“Entonces a quién?” Sus ojos oscuros vuelan por la habitación, posándose brevemente en mi rostro, justo detrás de la cabeza de Bella. Algo anda muy mal aquí. Este sitio parece el interior de una tumba. Se estremece, incluso mientras oleadas de calor surgen de sus brazos desnudos, hasta sus manos temblorosas, el instinto de entrar en fase advirtiéndole de que el peligro está cerca.

“A todos nosotros, Jacob,” contesta Bella en un murmullo ahogado. “Se acabó. Todos hemos sido sentenciados a muerte.”

Ella agacha la cabeza, escondiendo la cara en los abundantes rizos de nuestra hija, incapaz de decir nada más. Envuelvo su cuerpo con el mío una vez más, apoyando la mejilla sobre su cabeza y resisto el impulso de cerrar los ojos. El velo de mis párpados animará a las imágenes a definirse mejor, asaltando mi mente con renovada ferocidad – aunque mi infalible memoria puede evocar cada detalle con dolorosa claridad.

Jacob nos observa un momento, sus pensamientos hechos una maraña de desconcierto, frustración y preocupación. Finalmente, consigue articular una pregunta que suena forzada, “De-qué-estás-hablando?”

Tiene derecho a saber; es parte de esta familia, igual que el resto de nosotros, declara mi padre interiormente, su mente coloreada por la niebla helada de la desesperación. “Los Volturi, Jacob.” Ante el sonido de la débil y vacilante respuesta de Carlisle, Jacob mira hacia él con aprehensión. “Alice ha tenido una visión. Vienen hacia aquí. A por nosotros.” Él coge aire agitadamente y Esme le pasa un brazo por la cintura – no tanto por consolarle, sino para sentir la fuerza de su cuerpo junto al de ella.

Jacob arruga la frente, desconcertado. “Van a venir aquí?” Su mirada vuela hacia Bella y luego vuelve a Carlisle, “Pero pensé que por eso iba Bella a Italia – para demostrarles que ahora es una vampira.”

“No tiene que ver con Bella.” Midiendo al joven con sus sabios ojos dorados, Carlisle duda durante unos segundos sobre si Jacob será capaz de controlar su rabia cuando oiga la razón tras la llegada inminente de Los Volturi. Aunque nada me gustaría más que fingir que puedo sumirme en la inconsciencia y aparentar indiferencia hacia todo este calvario, levanto la cabeza una fracción de centímetro y le ofrezco a mi padre un asentimiento apenas perceptible. Como ha dicho para sí mismo hace tan sólo unos momentos, Jacob tiene derecho a saber.

“La vampira que os vio a los tres cazando hace unas semanas; su nombre es Irina.” Se estremece un poco cuando dice su nombre pero continúa. “Ella…decidió contar a los Volturi lo que había visto y esa es la razón por la que vienen. Creen que hemos cometido un crimen abyecto.” Viendo el profundo escepticismo en el rostro de Jacob, añade, “Incluso el mundo de los inmortales tiene sus reglas, Jacob. Reinaría el caos si no fuera así.”

Claro, claro…”Y cuál es el crimen?” pregunta Jacob.

Carlisle aprieta los labios en una fina y pálida línea, dudando durante otro segundo, y entonces dice sin vida, “Que hemos creado un niño inmortal.”

Hay que decir en su favor, que no le lleva mucho tiempo a Jacob sumar dos y dos. Poniéndose en pie de un salto, atraviesa la habitación a grandes zancadas para colocarse frente a Carlisle, con el temblor en sus manos acrecentado, haciendo que sus musculosos brazos se agiten convulsamente a ambos lados. “Me estás diciendo,” farfulla, su voz trémula por la ira, “que esas sanguijuelas vienen aquí por Renesmee?”

“La plaga de los niños inmortales dejó profundas heridas en nuestra sociedad – heridas que nunca se han cerrado del todo.” responde mi padre, sosteniendo impasible la mirada furibunda de Jacob. “Cualquier acción por parte de los Volturi debe ser rápida y contundente. No muestran piedad.”

Un escalofrío recorre la espalda de Jacob. Sus manos tiemblan tan violentamente que sus dedos se ven borrosos y Emmett se tensa en el límite de mi visión, preparándose para defender a Carlisle de un lobo entrando en fase.

Jacob lucha por recuperar el control dejando correr una sucesión de maldiciones en su cabeza y apretando los dientes con tanta fuerza que rechinan unos contra otros, con un sonido como de fragmentos de piedra desprendiéndose de una pared de roca. Hijos de – mantén la compostura, Jacob – El temblor disminuye, pero no cesa. Abriendo los ojos, que ha tenido firmemente apretados concentrándose, Jacob gruñe, “Tengo que decírselo a Sam. Tenemos que prepararnos. No se van a acercar a Nessie – no sin luchar.”

Emmett lanza una mirada en mi dirección, con una débil sonrisa de suficiencia. Te lo dije, piensa satisfecho.

Los pensamientos de Jacob giran frenéticamente, con su mente humana esforzándose por pensar en muchas cosas al mismo tiempo. Sale disparado hacia la entrada, farfullando “No pienso dejar a Nessie. Voy a contarles a Seth y Leah lo que pasa y-“ se detiene de golpe en la puerta y pega un puñetazo al marco de madera, “Maldita sea!” ruge. La madera se astilla por la fuerza del golpe, con un crujido.

Levanto de golpe la cabeza. Carlisle avanza unos pasos, preguntando con calma, “Qué es, Jacob?”

“Todo el mundo está en La Push,” responde, dándose la vuelta. Aunque está haciendo todo lo posible por ocultarlo, puedo ver la impotencia acechando tras la ira abrasadora en sus ojos oscuros. Necesita hacer algo – cualquier cosa, para aliviar esa sensación porque parece que se le está abriendo una profunda y ardiente herida en el corazón.

Le entiendo…más de lo que nunca podrá llegar a saber.

De repente, a él y a mí se nos ocurre la misma solución. Mis ojos vuelan hacia los suyos justo cuando la pregunta comienza a formarse en su cabeza y yo obligo a moverse a mis facciones heladas, mirando esta vez a mis padres. “Esme, te importaría si Jacob entra en fase dentro de la casa?” mi voz suena fría y apagada. “De esa forma, se podrá comunicar con Sam.”

“Por supuesto,” contesta en el mismo tono vacío.

Jacob se dirige hacia el espacio debajo de las escaleras, quitándose la camiseta, y segundos después el aire dentro de la habitación parece crepitar cargado de energía, la madera del suelo vibrando cuando su cuerpo adopta la forma de lobo.

En cuanto la transformación se completa, él vuelve trotando a la sala, iniciando una conversación con su manada para que localicen a Sam. Rosalie retrae el labio superior cuando el lobo de pelaje rojizo le roza al pasar, pero por lo demás ignora por completo su presencia. Ella va junto a Emmett, cogiéndole de la mano, y después ambos se quedan completamente inmóviles, perdidos en sus propios pensamientos angustiados. Carlisle y Esme están igual.

Mientras Renesmee continúa durmiendo tranquilamente, rodeo el cuerpo de Bella, tendido boca abajo, y me arrodillo frente a ella. Aunque he memorizado cada curva, la suave turgencia y los valles de su cuerpo, necesito ver su cara. Ahora me parece estúpido por mi parte haber evitado antes su mirada. No importa que no pueda ofrecerle consuelo – decirle que todo va a salir bien, que saldremos con vida de esto. Lo que importa es aprovechar cada oportunidad que se presente para decirle, para demostrarle que ella es y siempre será mi vida – la que resucitó lo que quedaba de humanidad enterrada en mi frío y muerto corazón y me ayudó a creer que hay esperanza para un monstruo como yo de ser amado.

Como si lo entendiera – necesitara lo mismo – Bella levanta la cabeza, poniéndose de rodillas mientras apoya un brazo en Renesmee con suavidad. Mirándome fijamente a los ojos, puedo leer el reflejo de mis sentimientos en sus brillantes iris escarlatas. Ambos sabemos más allá de la sombra de cualquier duda que ninguno de los dos puede sobrevivir sin el otro. Somos las dos partes de un todo – unidos en un solo cuerpo, mente y alma – y la prueba de nuestra unión es un milagro viviente que respira dormido bajo nuestras manos.

En las horas que preceden al amanecer, Jacob se derrumba en un sueño exhausto – una masa de pelo rojizo que ronca acurrucada en una esquina de la habitación – aunque su mente sigue estando llena de ansiedad. Renesmee continua dormida, libre de cualquier preocupación. Carlisle y Esme se aferran el uno al otro – estatuas inmóviles esculpidas en la pena y la consternación. Emmett, a pesar de la preocupación que siente por nuestra familia, está pensando en la batalla que se avecina, preguntándose cuántos de nuestros amigos nos ofrecerán su ayuda. Rose agarra con fuerza la enorme mano de su marido, medio rostro cubierto por una cascada de cabello rubio mientras lamenta las circunstancias que nos han llevado a este momento.

Alice y Jsper aún no han vuelto.

Al tiempo que soy consciente de todos estos aspectos que dan forma a la más oscura de las noches, no permito que ninguno de ellos desvíe mi atención de lo único que es indiscutiblemente relevante en mi existencia.

Bella me mira a su vez con un fervor angustiado que se corresponde con el que yo siento y yo me pierdo en las profundidades de sus hermosos ojos, mientras las estrellas siguen su curso a través del cielo negro aterciopelado y el brillo de rosa y melocotón del sol tiñe el horizonte con luz dorada.

Y una frase – una promesa – se repite incesante como el latido de un corazón en el vacío de mi pecho mientras contemplo, sin pestañear, el rostro de mi ángel.

No volveré a perderte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Man's Evolution